jueves, 14 de enero de 2010

Decadencia

Un gran número de los que se dedican a la política justifican en esa actividad, la renuncia al desarrollo humano, con el pretexto de pertenecer a una camarilla o estar acorde a intereses, en muchas ocasiones mezquinos. Nada justifica que en la vena de un ser humano que tiene por actividad la política, renuncien a la ética. Es inadmisible invocar el fracaso de humanidades pérdidas por la ambición de poder, para pretextar la auto-pusilanimidad. El éxito político no puede estar basado en la destrucción de la propia humanidad y la ajena.

Del reglamento y su vigencia

  Los reglamentos son normas generales, impersonales, abstractas y heterónomas, es decir, comparten las características de una ley, pero a d...