lunes, 12 de noviembre de 2012

In memoriam de Alonso José Ricardo Lujambio Irazábal


Solo le pido a Dios que lo injusto no me sea indiferente[1]


Por Ricardo León Caraveo
Los seres humanos no somos de cristal fino, sino de barro torneado con las manos de Dios. ¡Aquél Dios al que damos vida los creyentes o el imposible dios de los ateos![2] Quiero explicaciones, respuestas a estos hechos antinatura… morir cuando la vida te dice: ¡aún soy tuya! Hay vidas que dejan huella en el tiempo y en generaciones, esa es la historia de Alonso José Ricardo Lujambio Irazábal, el garboso politólogo de sólido intelecto y trato franco.
Alonso Lujambio, hijo de Sergio Lujambio Rafols (1933-2007) y Piedad Irazábal Angulo, fue un personaje inquieto, buscador incansable y perseverante. Muestra de ello es que estudió el propedéutico de medicina en La Salle, fue oyente en la Facultad de Filosofía de la UNAM, estudió cinco semestres de Contaduría Pública en el ITAM y finalmente ingresó a la Licenciatura en Ciencias Sociales en la misma institución, donde llegó a ser el Director de la Licenciatura en Ciencia Política. Fue becado en la Universidad de Yale, consiguió la Maestría y obtuvo la candidatura a doctor por la misma Universidad el 29 de abril de 1993.
El 27 de enero de 1990 contrajo matrimonio con María Teresa Toca Gutiérrez, procreando a Iñigo, Sebastián y Tomás. La convivencia y la comunicación familiar a pesar de sus múltiples actividades, es la esencia de esta pareja amorosa. Ambos se complementaban, es incomprensible entender a uno sin integrar al otro. Don Alonso siempre mostró un amor protector por la Sra. Tere y lealtad inquebrantable al sacramento matrimonial. Los nombres de sus hijos reflejan sus querencias y sus valores. Iñigo por San Ignacio de Loyola, Sebastián por Sebastián Lerdo de Tejada y Tomas por Tomas Lujambio abuelo de don Alonso; en ellos se asoman sus tres pasiones: la fe en Dios, el amor a México y a la familia.
Hombre de temperamento fuerte, metódico y positivista, Lujambio Irazábal fue accesible, de buen trato, ocurrente y un costumbrista del castellano antiguo, aquél que expresa la fina ironía o irrumpe con la intemperancia. Lujambio asumía el rol de intelectual impenetrable o político accesible, con el alma de universitario dispuesto.
Dialogué con él a través de sus libros, artículos y ensayos por lo que estoy plenamente convencido de la necesidad de reeditar toda su obra. Ella ha sido el marco político y jurídico para entender la transición democrática mexicana, valioso estímulo para la democratización y despertar democrático-parlamentario en los congresos locales. Su trabajo se ha convertido en un referente para entender a nuestro país.
Lujambio Irazábal, investigó la transición como fenómeno político, identificó la necesidad histórica de la transición democrática en México y destacó como protagonista de esta generación que la cristalizó. La visualizó desde universitario y  decidió estudiarla con el  investigador más reconocido a nivel mundial Juan Linz. La estudió, la vivió y la escribió. En Estudios Congresionales está compilado el proceso que teorizó y vivió entre 1993 y 2004.
Al debate entre Emilio Rabasa Estebanell, La Constitución y la Dictadura (1912) y Daniel Cosío Villegas La Constitución de 1857 ante sus críticos (1957), Lujambio contribuyó con la identificación del pensamiento anglosajón en la formación intelectual del primero con el título La influencia del constitucionalismo anglosajón en el pensamiento de Emilio Rabasa. Lujambio desfonda al régimen autoritario más longevo del mundo porque acredita que Rabasa es influido por: La Constitución Inglesa de Walter Bagehot  y El gobierno congresional de Woodrow Wilson, obras traducidas y complementadas por estudios introductorios del Mtro. Lujambio. Su aportación es el nuevo enfoque a la hora de estudiar al constituyente de 1916-17, reformador de la Constitución de 1857, en consecuencia es un tercero al debate entre Rabasa y Cosio. Lectura obligada de los constitucionalistas.
Consciente de que los contextos influyen en los que ejercen el poder público, Alonso Lujambio, fue un apasionado y conocedor de la Arquitectura Parlamentaria. En su periodo como titular de la Secretaría de Educación Pública, CONACULTA editó: Arquitectura Parlamentaria en México. Dos siglos de recintos para el diálogo, del autor Axel Araño[3]. Obra que aporta a la consciencia social, la necesidad de infraestructuras ad hoc para el desarrollo de la vida parlamentaria.
En 1996 y tras la Reforma Electoral de 1994, Alonso Lujambio es nombrado Consejero Electoral del Consejo General del Instituto Federal Electoral. De las ideas transitaba a la real politik, dejando claro que la teoría política tiene una validación práctica correcta cuando se le ha estudiado. La dignidad en la política es posible. El ser humano culto es necesario en la política como elemento protagónico, transcendiendo al hecho de referencia intelectual.
En un país de protagonismos individuales y caudillos, Lujambio Irazábal irrumpe con la práctica de trabajo, investigaciones y estudios compartidos; capacidad de análisis, cultura de la legalidad y desempeño eficiente. Estos cuatro atributos de su personalidad los reconoce José Woldenberg[4], al recordarlo como Consejero del IFE en la ardua labor de darle credibilidad a la naciente institución electoral. La capacidad de análisis era un signo distintivo, lo malo de lo bueno, lo bueno de lo malo, veía lo que no se ve de lo que se ve.
Como Presidente de la Comisión de Fiscalización de los Recursos de los Partidos y Agrupaciones Políticas en el 2000, demostró su consistencia ética, al generar las condiciones para aplicar adecuadamente la ley multando al PRI por el Pemexgate y al PAN por Amigos de Fox. Línea que  replicó en la Estela de Luz y conservó en su paso por los cargos públicos.  La Ética como elemento racional, no como dogma de fe o moralina. Ante este paradigma caen ateos y creyentes, no se trata de creencias o caprichos, sino de racionalidad jurídica.
En el 2003 se integró junto con Jacqueline Peschard Mariscal, a la División de Asistencia Electoral de Naciones Unidas en Irak, con el objetivo de diseñar la Ley Electoral con la que votarían por primera vez de manera democrática los iraquíes.  La Sra. Tere compartió la siguiente anécdota, el 3 de octubre pasado: La jefa de la ONU, que era una uruguaya, que decían que era una tiburona, por su estatura política, le decía a Alonso cuando llegaban con los chiitas, sunitas y los jeques árabes. Dice que lo presentaban ahí, y bueno, esta mujer, no me acuerdo ahorita su nombre, le decía.” Pero vos, qué problema tenés, si ya dialogaste, si ya negociaste con priistas, con panistas, con verdes, con perredistas, que ya que más quería, negociar con chiitas, suniitas, kurdos…”
México requirió una vez más los servicios del politólogo, participando en  otra de las instituciones trascendentales de la República, el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información en el año 2004 fue nombrado Comisionado. La idea de que el cambio social es consecuencia de un proceso y la integración coherente de las ideas de muchos, permitió a Alonso Lujambio, participar en el diseño normativo y en la aplicación del derecho a la información. Antes de su partida reclamó que prevalecía la opacidad en las entidades federativas.
En abril de 2009, es designado titular de la SEP, donde evidenció su vasconcelismo. Emocionado contaba la anécdota en la que Carlos Pellicer comentó a José Vasconcelos, la existencia de una estatuilla de La Minerva –Diosa de la Sabiduría- en la joyería Esmeralda y cómo la adquirió la entonces Universidad, posteriormente trasladada a la Secretaría de Educación Pública. A petición expresa al Presidente de la República en 2010, Lujambio asumió la Coordinación de la Celebración del Bicentenario. El historiador celebraba la Historia de México.
En la SEP estuvo a prueba su capacidad de generar acuerdos, porque lidió con una de las vertientes radicales del régimen más longevo de la historia contemporánea. Logró el Acuerdo para la Evaluación Universal de Docentes y Directivos en Servicio de Educación Básica, el 31 de mayo de 2011[5], trazando un marco jurídico de solución debatido desde 1936[6].
Las preferencias ideológicas por el PAN,  quizás provienen de las vivencias a través de su familia, debido a que don Sergio Lujambio Rafols acostumbraba llevarlo al Congreso cuando fue Diputado Federal (1976-1979). Esto marcó a Lujambio, convirtiéndolo en un estudioso de las raíces del PAN, delineando con claridad en La Democracia Indispensable (2010), que el catolicismo no es impedimento para la participación política y  que el empeño contra la Iglesia Católica, llevó a muchos a confundir el principio de estado laico e incluso a creer que el PAN era su brazo político. Señala que la formación católica de los panistas fundadores no era equivalencia de patrocinio eclesiástico. Afirmaba con insistencia que el PAN tenía una visión plural y laica. En 1964-1965 don Daniel Cosío Villegas declaró: Acción Nacional, contra lo que pueda creerse, no cuenta con ciertos apoyos [...] digamos, típicamente, la Iglesia católica... La Iglesia católica nunca le ha dado un apoyo abierto, ostensible, a Acción Nacional. Y dudo mucho que se lo dé, aun callada o silenciosamente[7].
Adolfo Christlieb Ibarrola (1919-1969) fue admirado por Alonso Lujambio por su laicidad, visión y capacidad de generar acuerdos, afirmó que después de Gómez Morín era el panista más importante.
Su recorrido constante por el país respaldado por sus estudios e investigación académica y compromiso social, lo llevaron en enero del 2011  a participar como precandidato del PAN a la Presidencia de la República, aspiración a la que declinó en agosto. En esta etapa despierta la esperanza de muchos dentro y fuera con un discurso estructurado en el andamiaje del férreo conocimiento de la tradición laica, plural y humanista del PAN. Fue un candidato argumentador, invitó al debate dentro y fuera del panismo. Representaba al político de capacidad probada, con el conocimiento y habilidad para avanzar en los acuerdos  necesarios para México.
Seguro de sí mismo, situado en su consistencia intelectual producto de su exhaustiva lectura, de su vida instruida que le permitió escribir artículos, ensayos, estudios introductorios, prólogos y libros; sin demérito de dirigir tesis, guiar universitarias y universitarios por los vericuetos de la vida intelectual. Todavía hoy, el Maestro de la vida y del aula, enseña a través de las páginas de sus obras, aporta a las nuevas generaciones y es un perenne inconforme y reformista.
Un hombre polifacético: académico, profesor, historiador, político, politólogo, ensayista, escritor, constitucionalista, parlamentarista, demócrata y especialista en transparencia y acceso a la información. 
Alimentaba el espíritu escuchando a Ludwig van Beethoven, Mercedes Sosa, Agustín Lara, Toña La Negra, Compai Segundo y Joan Manuel Serrat. Una de sus canciones preferidas es Solo le pido a Dios, himno contra el totalitarismo y autoritarismo político, escrita en 1978 por León Gieco. El bombo legüero, instrumento musical que gustaba tocar, tiene la cualidad de escucharse a leguas a la redonda. Lujambio será escuchado a la distancia, reclamando que la política es una actividad digna.
El homenaje en Palacio Nacional –El Palacio del Poder- fue un justo reconocimiento al estudioso del poder, que acreditó con su vida el poder del estudio. Su compañera de toda la vida, la Sra. Tere, recordó: Aquí, Alonso, les contaba refiriéndose a sus hijos- que estuvo uno de los grandes palacios de Moctezuma. Aquí, vivió Hernán Cortés. La Corona Española construyó aquí, el Palacio Real. Este Palacio fue la casa de todos los virreyes durante 300 años, después Iturbide lo convirtió en Palacio Imperial de México. Fue Cámara de Diputados, fue la sede de la Suprema Corte de Justicia. Durante casi un siglo albergó al Senado de la República. Ha sido la gran casa mexicana, residencia del Presidente de la República durante 60 años, desde el primer Presidente, Guadalupe Victoria, hasta Porfirio Díaz. Aquí, se firmó el Acta de Independencia de 1821. Aquí se juró la Constitución de 1857. Aquí, vivió y murió Juárez. Aquí, fue detenido Francisco I. Madero. Estamos en el corazón político de la República, así lo dijo Alonso en septiembre de 2010, al inaugurar la exposición de la Galería Nacional.
José Woldenberg, nos advirtió que lo extrañaríamos; Silva Herzog-Márquez sintetizó que poseía los tres instrumentos del parlamentario: razón elocuente, pasión y responsabilidad –cito textual. Enrique Krauze, le dijo: Qué ejemplo inmenso de fortaleza y amor patrio has dado, cuando tomó protesta en el Senado de la República.
Alonso Lujambio, deja en quienes lo conocimos, la semilla de la voluntad convertida en motivación del “ahorita”[8], haciendo lo deseable posible y la idea en acción sin maniqueísmo. Aceptamos su partida, pero su presencia se transpira en la Historia de nuestro amado México, tangible en las páginas de sus escritos, enseñando perennemente.
Hay momento que la Patria requiere de nuestra sangre, pero hay otros igual de sublimes y enaltecedores, y es cuando la sirven con ideas y erigiendo instituciones.

Curriculum
1995                          Director del Departamento de Ciencias Sociales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
1997-2003    Consejero del Instituto Federal Electoral.
2003               Asesor de la ONU, División de Asistencia Electoral.
2003-2009    Comisionado del Instituto Federal de Acceso a la Información.
2009-2012    Secretario de Educación Pública.
2012               Senador de la República.

Obras Publicadas
1995   Alonso Lujambio, Federalismo y Congreso en el Cambio Político de México
1997   Alonso Lujambio, Gobierno Divididos en la Federación Mexicana.
2000   Alonso Lujambio, El Poder Compartido. Un Ensayo sobre la Democratización Mexicana.
2001   Gerónimo Gutiérrez, Alonso Lujambio y Diego Valadés El Proceso Presupuestario y sus relaciones entre los Órganos del Poder. El caso mexicano en perspectiva histórica y comparada.
2003   Manuel Carrillo, Alonso Lujambio, Carlos Navarro y Daniel Zovatto, coordinadores, Dinero y Contienda Político-Electoral. Reto de la Democracia.
2009   Alonso Lujambio, La influencia del constitucionalismo anglosajón en el pensamiento de Emilio Rabasa.
2010   Alonso Lujambio, Democracia Indispensable.
Alonso Lujambio, Estudios Congresionales.
2011   Alonso Lujambio, Retratos de Familia.


[1] Letra de la canción escrita por León Gieco en 1978 e interpretada por Mercedes Sosa, es un “himno” contra el autoritarismo http://www.youtube.com/watch?v=Gvyl_zdji2k&feature=related
[2] Expresión de Ana Belem, en concierto, antes de interpretar “Solo le pido a Dios”, se puede descargar:
[4] Artículo “Alonso Lujambio”  de José Woldenberg. Recuperado:  http://www.debate.com.mx/eldebate/noticias/editoriales.asp?IdArt=12519603&IdCat=17544

[5] El texto del Acuerdo puede ser descargado: http://www.evaluacionuniversal.sep.gob.mx/acuerdo.pdf
[6] El Estudio de Derecho Comparado de la Evaluación Docente, puede ser descargado: http://biblioteca.diputados.gob.mx/janium/bv/sia/sapi/SAPI-ISS-55-12.pdf
[7] La aseveración de Don Daniel fue transcrita de: http://www.letraslibres.com/revista/dossier/claroscuros-del-pan?page=full
[8] Carta leída por la Señora Tere, en el Homenaje a Palacio: “…Alejandro: Contesto ahora la tuya, del lunes 6 de marzo de 89. De entrada, quiero que sepas que tal como me lo hubieras contado tú aquí, entiendo y logro comprender, con h intermedia, lo que te pasa. En verdad, la vida es tan extraña. No nos ofrece respuestas, sino opciones, y que terribles verlas multiplicadas. Qué cantidad de matices, de variantes, de encrucijadas, de ritmos, de gemidos, de gritos, de grillitos, de algoritmos tiene la vida, que es todo y es nada, y lo que hay que hacer es vivirla, y ya. Cuan terrible es el hecho de que sólo vivamos una vida. Lo pasado es pasado, pero el presente es la frontera del pasado; es decir, un poquitito atrás del presente está el pasado, de modo que es el presente la frontera del pasado, de nuestro pasado todo, hasta casi el ahoritita, que es presente y que es ahorita. Y pone entre paréntesis: Ahorita, vaya palabrita. Pero el futuro es un espacio sin fondo ni vacío. El futuro es incierto, porque mil opciones tiene el futuro y el futuro empieza al ratito, ya, de modo que el presente, de hecho, es un espacio cortito, y esto lo puedes pensar para ti, pero, también, para tu país. De repente México está en un breakpoint de tiempo corto.

Del reglamento y su vigencia

  Los reglamentos son normas generales, impersonales, abstractas y heterónomas, es decir, comparten las características de una ley, pero a d...