viernes, 3 de agosto de 2012

Pragmatismo antropófago


Por Ricardo León Caraveo
Los tabasqueños  hace unas semanas definimos con nuestro voto el programa-personas de la re-fundación de Tabasco. La peor crisis no es la de los sectores productivos, sino las de los valores, desplazada por la cultura de la corrupción arraigada por la culturización.
Armando Fuente Aguirre “Catón”, escribió el pasado 2 de septiembre de 2011: “Los panistas eran entonces objeto de irrisión. Se decía que había tres señales que evidenciaban pendejez: casarse, comprar billetes de la lotería y votar por el PAN. Y sin embargo los escasos militantes del partido que fundó Gómez Morín eran objeto de general respeto. Se les consideraba hombres íntegros, quizá un poco chiflados, y algo mochos, vale decir católicos conservadores (entonces no había de otros), pero honestos a carta cabal, y dueños de ideas y de ideales. Tenían una idea mística de la política -era el camino más ancho de la caridad-, y practicaban un verdadero apostolado cívico…”[1].
El PAN sucumbió ante la corrupción como lo han afirmado personajes de la talla de Ricardo García Cervantes y Javier Corral; y en Tabasco la crisis es más severa que a nivel nacional.
La clase política gobernantes se ha distanciado de la Ética. La política no ha perdido congruencia sino los políticos. Hay déficit de "seres humanos íntegros" y lo que es peor, de constructores de sus postulados. Debemos distinguir entre los políticos y los estadistas, en contraposición a los trepadores y oportunistas, los segundos cargados de pragmatismo antropófago.
En el Tabasco hemos aprendido cuál es el camino de la transición democrática del poder público, pero nos falta identificar el límite del mismo, la utilidad, el sentido positivo. La credibilidad descansa sobre la congruencia y la historia personal derecha, con principios y valores.
Me recuerda una frase de la poesía “Desafío Postrero” de Ismael Cerna: el pensamiento es águila triunfante cuando sacude el huracán sus alas” [2].
Requerimos dirigentes que definan sus objetivos, congruentes y con valores. ¿Cómo medir la moral o ética? 
La reflexión del voto debe descubrir las relaciones de diferencia o semejanza que cada unos de los aspirantes tiene. Impidamos ser rehenes de grupos de indecibles prácticas, deseosos de consolidar la posición política para ofrendarla a sus “señores”. Tabasco es patrimonio económico, social, político y moral de todos sus habitantes, pero no de grupos de interés. Los principios deben definir liderazgos. No hay dignidad donde la obediencia es ciega, no hay humanismo donde abandonan ideales sustituyéndolo por el pragmatismo antropófago, no hay futuro cuando discriminan, no hay diálogo cuando la verdad es patente personal, no hay honestidad donde prevalecen los intereses de familia, no hay convicciones cuando dependen de la nómina a cambio de la libertad y no hay honor cuando se mantienen la indiferencia ante el señalamiento. No hay liderazgo genuino detrás de una red de mentiras.
Tabasco requiere un gabinete de un sólido e incuestionable liderazgo ético[3].



[1] http://www.elmanana.com.mx/notas.asp?id=253051
[2] http://www.robertomarquino.com/blog/?p=390
[3] http://ricardoleoncaraveo.blogspot.com/2011/08/etica-del-liderazgo.html

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