jueves, 19 de febrero de 2009

ABOGADO FALLIDO

Por Ricardo León Caraveo

Estoy convencido que el gremio de los abogados le ha fallado a México, es necesario sustituir la expresión: “México Estado Fallido” por una más realista. Sugiero: “México Abogados Fallidos”. Cuando el ciudadano se queja de la ineficacia en la procuración e impartición de justicia, en esencia es un reclamo por las prácticas corruptas de los licenciados en derecho; es decir, son “abogados fallidos”.
La Ciencia Jurídica combinada a la perversidad, es un arma social letal, porque instrumenta la simulación, la mentira, el influyentismo y el abuso del poder. El sentido común del ciudadano sabe que si la justicia para su realización se instrumenta en el Derecho, solo la corrupción puede ocasionar que el Derecho sea promotor de injusticias.
El “abogado fallido” deteriora las funciones de los tres atributos esenciales del Poder Público. No es inteligencia sino delincuencia, lograr consumar un hecho ilícito y salir impune. Desgraciadamente la cédula profesional o patente para ejercer la profesión de Licenciado en Derecho se ha convertido en una habilitación para cometer delitos y procurarse una jurisdicción de impunidad.
Alguna ocasión escuché de un Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Tabasco lo siguiente: “Con el derecho se puede validar la más grande de las injusticias”. Era el aviso de que ejercería su cargo con mezquindad, y así fue. Un hombre en la cúspide de impartición de justicia había psicológicamente claudicado a ese Principio. Qué pena descubrir a “don pusilánime”. Lo que tengo duda es si fue un instante de franqueza o el producto de su consolidado cinismo.
Con asombro escuché en otra ocasión que calificaban de inmaduro y conflictivo aun compañero abogado, porque posee una radical honestidad. ¡Cómo! ¿La honestidad es defecto? Es el defecto que poseemos los mexicanos que tenemos hartazgo de la impunidad y de fortunas sexenales, amiguismos, corrupción, influyentismo, autismo político y mediocridad de la burocracia municipal, estatal y federal. La corrupción es trans-sistémica y es una subcultura nacional.
No puede ser buen abogado quien usa los conocimientos de su profesión para obtener beneficios económicos en detrimento o menoscabo patrimonial de otros, instrumentado en tramas jurídicas manipuladas, que en esencia son delito. No puede ser hombre honesto quien ayude a esos pillos.
El dinero es el más poderoso de los humos que ciegan la rectitud del espíritu y la verticalidad de la conciencia. Por dinero el hombre es capaz de todo, hasta olvidarse que la vida y el destino siempre ponen las cosas en su lugar. El dinero da la sensación de poder, rompe barreras culturales o sociales; pero puede ocasionar el olvido de nuestra humana condición de ser falibles. “Poderoso caballero es don dinero”.
Creo firmemente que estamos obligados a un nuevo renacimiento en nuestra historia como humanidad. El abandono de los valores en el ejercicio profesional, socava la credibilidad en los abogados.
Hay quienes logran consumar la impunidad, pero jamás podrán estar tranquilos.

1 comentario:

  1. Otro término para esos "abogados fallidos" puediera ser "mercenarios de la ley", en estos tiempos cuando necesitas de un abogado ya no buscas se puede decir que buscas al mejor, literalmete hablando, sino al mas cochino que sepas que te puede sacr del enredo con una buena cantidad de dinero, y buscar al menos malo puede ser que se aplique al pillo que no te abandone en pleno juicio con el adelanto que le diste.

    lo gracioso es que hoy endía hay padres de failia que viven de la corrupción y el abuso de poder para sostener a su familia y si alguno de sus hijos estudia Derecho gusta de sermonearlo en torno a la ética en el ejercicio de la futura profeción que desenpeñará su retoño y van por ahí contandole al mundo que han advertido a su vastago se no ser un abogado tranza aunque ellos, los padres, se pasen la etica por el arco del triunfo, ya que para ellos la formula real es la que dice: el que no tranza no avanza, viva México.

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